Estudio de Oxfam identifica prácticas de empresas de EEUU que perjudican a países pobres
Cada año, los intereses creados en la arquitectura fiscal cuestan 135.000 millones de dólares a la población estadounidense debido a la elusión fiscal de las grandes empresas, y privan a los países pobres de cerca de 100.000 millones de dólares.
La afirmación está en un estudio de la organización Oxfam Internacional que establece que a pesar de los argumentos en contra, las reformas propuestas por el Presidente Donald Trump y los
líderes del Congreso sesgarán aún más las normas a favor de los ricos y los poderosos, en detrimento del resto de la población.
Señala que más que “drenar el pantano”, las reformas propuestas dan poder a grupos con intereses particulares, lobistas empresariales y grupos de presión para moldear las normas fiscales de forma que perjudican a las familias trabajadoras y agudizan la crisis de desigualdad.
Ha llegado la hora de que el Congreso examine la reforma y adopte medidas que favorezcan la cooperación y no una carrera a la baja destructiva para todos los países.
Explicó que este dinero podría invertirse en escuelas y hospitales, servicios que resultan fundamentales para abordar la pobreza y la desigualdad, sin embargo, sostiene que para que las normas sean justas, el proceso para crearlas también debe serlo.
“Por eso es necesario que todos los países tengan el mismo peso en la toma de decisiones, para que los principales perjudicados de la evasión y elusión fiscal constituyan una parte fundamental de la solución para poner fin a estas prácticas”, observa.
Señala, además, que la voluntad política está creciendo y que el movimiento por una justa igualdad fiscal cobra fuerza, que, asegura, lo demuestra la petición conjunta de 134 países, conocidos como el Grupo G77, los principales perjudicados por la evasión y la elusión fiscal, quienes muestran un verdadero liderazgo por lograr justicia fiscal.
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